En
la calle sólo hay voz para el silencio.
Te
incitan a morder
y
tú, perro desdentado,
masticas
rabioso
el
sabor amargo de la cinta aislante.
Se
abre la noche
y
salen a escena, uno a uno,
todos
tus miedos.
No
hay nada que puedas hacer,
salvo
guardar tu aliento
bajo
cualquier ley
o
mordaza.
Fotografía de Alberto Pizarro |
Leyes que nos hacen retroceder e impiden avanzar a la siguiente casilla.
ResponderEliminarRestan libertad, aunque sumen en buenos poemas, como el tuyo, fruto de la disconformidad.
Que nadie te calle. Busca la forma...